Sinopsis
Alex Clarademont-Díaz, el hijo de la presidenta de los Estados Unidos, es un tesoro para el marketing de la Casa Blanca: atractivo, carismático e inteligente. Lo que nadie sabe es que no soporta al príncipe Henry, el hijo de la reina de Inglaterra. Así que, cuando la prensa sensacionalista se hace con una fotografía que refleja un altercado entre Alex y Henry, las relaciones entre Estados Unidos y el Reino Unido se enfrían. Ambos países trazan un plan para paliar los daños. Lo que empieza como una falsa amistad, publicada en Instagram, se va transformando en algo más profundo de lo que Alex y Henry podrían haber imaginado.En circunstancias normales, no sería un libro que leyera por decisión propia. Más que nada, porque ya leyendo la sinopsis, no es un tipo de lectura que me vaya demasiado. Sin embargo, en el club de lectura es lo que tocó y fue un "pues vamos a darle una oportunidad".
Ya de entrada, dejando al lado la poca carisma de Alex, es un libro demasiado predecible. Nada más llevar diez tristes páginas, una ya sabía que no solo acabarían juntos, sino que serían felices y comerían perdices. Quizás si decidí terminarlo fue para comprobar si tenía o no razón. Un esfuerzo de voluntad, aunque bien es cierto que muy largo no es, lo cual es todo un alivio.
Escrito en presente (algo que me descolocó sobre todo al principio), la autora empieza por presentarnos a Alex, el hijo de la presidenta de los Estados Unidos. Poco a poco (en unas diez páginas, más o menos) entrevemos al segundo personaje con peso en la trama: el príncipe Henry. Y lo mucho que Alex despotrica de él.
Casi estaba esperando un giro en algún momento del libro, del estilo que al final el príncipe Henry solo estuviera utilizando a Alex por diversión o con algún fin político, en plan para salvar la relación internacional entre Estados Unidos e Inglaterra... pero no, me llevé un buen chasco. Lo que ves es lo que hay. No tiene más.
Ah, y no me podía dejar en el tintero algo que me marcó muchísimo. Y es que, hacia el final de la novela (tranquilos, que no es un spoiler propiamente dicho), el príncipe Henry dice que es el orgulloso dueño de una serie de albergues (o orfanatos, nunca consigo recordar qué era) en el que se acogerán a chicos gays. Solo y exclusivamente. Mi cara en ese momento fue todo un poema, porque es una discriminación como una casa. Quiero decir: le estás dando hogar a una persona solo porque le gustan los de su mismo sexo. Fliping...
He de decir a favor de la novela que me gustó cómo terminan pasando más tiempo juntos y descubriendo que no solo se toleran si no que se gustan. Es decir, no todos los días lees cómo alguien tira una tarta de 75 mil pavos. Ingenioso. También me gustó el trasfondo político, el escenario en el que nuestros dos personajes de peso se mueven. Quizás para los que solo van buscando la romántica del libro esto se les haga especialmente pesado, ya que a veces la autora hace bastante hincapié en el trasfondo. Pero no os preocupéis, no es muy denso. Más bien pequeñas pinceladas. Lo justo y necesario, podríamos decir.
~Lo que me ha gustado~
- El trasfondo político. Ni demasiado ni demasiado poco.
- El inicio del "incidente" internacional. Al menos eso sí que fue la risa.
~Lo que no me ha gustado~
- Alex es un personaje insufrible. No me cayó especialmente bien.
- Demasiado previsible.
- Discriminación positiva.
- Escrito en presente.
La portada me despista, creo que me puede gustar mas su interior. Unos abrazos
ResponderEliminarSuena a argumento de película. Un beso
ResponderEliminarBueno, pues de este paso, que ya tengo la lista de pendientes demasiado llena. Pero gracias por la reseña.
ResponderEliminarBesos.
Si son felices y comen perdices.... habrá que leerlo porque esos son los finales que me gustan a mi.
ResponderEliminarUn abrazo.
sound good book....
ResponderEliminarthank you for sharing