Sinopsis
La vida de Ig Perrish es un verdadero infierno desde que su novia Merrin fuera asesinada un año atrás, en un episodio que si bien le fue ajeno, tendió sobre él un manto de sospechas que nunca pudo sacudirse.
Una mañana, después de una fuerte borrachera, se encuentra con unos cuernos creciendo en su frente. Con el pasar de las horas descubrirá que tienen un extraño efecto en la gente: les hace contarle sus más oscuros deseos y secretos. Así, Ig se entera de que todo el pueblo, incluso sus padres, cree que él fue quien mató a Merrin.
Tras el desconcierto de los primeros momentos, Ig aprenderá a sacar ventaja de ser el mismísimo diablo...
La premisa de la venganza mediante unos cuernos claramente infernales ya es bastante buena de per se. Sobre todo al inicio de la novela, donde el propio Ig siente que algo no funciona, que tiene que ser algo malo y decide hacer una visita al médico. Claro que, hasta ahí, hay un trecho y se va cruzando con gente... Con un ligero toque de humor negro, poco a poco el autor, Joe Hill, nos va desgranando cómo pueden funcionar los cuernos de Ig, mezclado con pinceladas del pasado y de cómo conoció al amor de su vida, Merrin. Si bien todo tiene un prisma triste, tiene esos momentos de humor y desconcierto que hace que no sea tan deprimente.
A pesar de que ni a medio camino de la novela se nos desvela quién es el asesino de Merrin, esto no hace que pierda fuerza, más bien al contrario, puesto que Ig debe decidir qué quiere hacer... descubriendo que, aunque los cuernos le dan una serie de dones, estos no funcionan delante de algo muy básico de la teología y que, probablemente, ya os hacéis una idea de qué puede ser.
Otro punto a favor de Cuernos es que, precisamente ese elemento, pasa como uno más, logrando una especie de realismo mágico curioso y peculiar. Aunque no nos creeríamos ni locos la historia de alguien al que le nacen cuernos en nuestro día a día, el autor lo narra con tanta naturalidad que es como si, en vez de cornamenta, al chico le hubiera crecido barba.
He de añadir que el Destino tiene un sentido del humor extraño y difícil de seguir; con esto me refiero a la muerte de Merrin y es que más adelante nos llevamos una peculiar sorpresa que no pienso desvelar, pero hace que un lector se pregunte "¿Por qué?".
Por contra, me decepcionó un tanto que Ig, a partir de cierto momento, de cierto suceso, no adquiriese más dones, por decirlo de alguna forma, ya que, al final, solo cuenta con lo que tiene y con lo que va descubriendo, no dejando de ser un simple mortal con cuernos en la cabeza. Bueno, puede que no sea tan simple, pero ya me entendéis.
Lo más curioso de esta historia es que, de alguna forma, el demonio se lo pone a Ig más fácil para que haga su peculiar justicia sobre el mundo. Le da las herramientas para que Ig, por decir así, acabe con una pequeña parte del mal, siendo finalmente un instrumento del bien. Da que pensar...
~Lo que me ha gustado~
- El toque de humor negro hace que no sea todo tan triste.
- El Destino y su peculiar sentido del humor.
- El realismo mágico que consigue Joe Hill.
- Cómo va desgranando poco a poco los sucesos, sin llegar a ser un percal.
- El final es precioso. De esos que te hacen sonreír mientras cae una lagrimilla.
~Lo que no me ha gustado~
- Falta de dones por parte del demonio hacia Ig.
- El Destino. No sé si considerarlo como algo bueno o malo.
En conclusión, el libro en general ha tenido buena acogida. Tiene los ingredientes ideales para poder pasar una buena tarde (aunque no es de esas que te hacen saltar del sillón o que te vayan a marcar de por vida. Al menos, no es mi caso). Humor negro, una buena historia, la dosis justa de drama y misterio... Os invito, pues, a que le echéis un ojo.
Puntuación: 7/10
