Infierno Bajo el Agua (Crawl)

Esta semana seguimos con la preparación para It, aunque en esta ocasión, nos lanzamos con desastres naturales y caimanes.

Aunque antes de empezar, me permitiré comentar que me tienen un poco bastante harto los espectadores que van al cine pensando que se encuentran en el salón de su casa y cuando se les llama el atención, se ríen o incluso replican que están en su derecho de hablar... incluso comentar la película al punto de poder escucharles mejor a ellos que a los diálogos.

Originalmente me mostraba bastante escéptico respecto a esta película, después de todo, viendo el trailer y conociendo la trama, pues es inevitable pensar en la típica película de desastres, a lo Twister con un drama familiar... mezclado con la típica película de cocodrilos, estilo Mandibulas (Lake Placid), dando como resultado... en lugar de Sharknado... ¡Caimanado! (Con conocimientos de photoshop haría la imagen, pero habrá que conformarse con esto).

Pero no, en realidad lo que nos encontramos es el genio de Aja con la participación de Raimi, todos ellos ya conocidos en el mundillo del cine de terror por sus grandes realizaciones y producciones.

Alexandre Aja, formó parte de la época dorada del cine de terror francés, con Alta Tensión (Haute Tension). Mientras que Sam Raimi, ha realizado, entre otras, Posesión Infernal (Evil Dead).

De este modo, tendría que haberme dado cuenta que no me iba a encontrar con nada de lo habitual, sino más bien con algo que podría prometer, y mucho.

Así pues, entrando en materia, la película, como he mencionado, se trata de un huracán que está asolando la zona de Florida, en la que un padre se encuentra encerrado en su casa, invadida de caimanes, mientras su hija llega y se encuentra con todo el meollo y juntos buscan la manera de salir de ahí vivos.

Teniendo en cuenta los antecedentes de los nombres con mayúsculas, no podemos esperarnos nada que no sea dolor, sufrimiento y sangre.

En su defensa diré, que aunque las escenas no son muy explícitas, quitando alguna excepción, sí que es cierto que se puede ver e incluso intuir, lo que sucede bajo el agua sin llegar a regodearse ni estarlo restregando al espectador.

No sé hasta que punto es cierto lo que se llega a ver, como por ejemplo la sensibilidad que parecen mostrar los caimanes en la parte inferior de su cuerpo, aunque según tengo entendido, tampoco es que sea muy sensibles... más allá de su lengua. Sí que es cierto, en cambio, que pueden llegar a cazar en manada y utilizar técnicas para atacar desde distintos frentes y ayudarse para desmembrar sus presas, sin contar la cantidad de giros que dan al morder.

Por lo que, si hay algún entendido en caimanes, mejor... eso, o mirar algún documental de caimanes para salir de dudas, cualquier opción es buena.

Obviamente, también aparecen las típicas tonterías que hacen los protagonistas para dar más suspense... como puede ser el salir de lugar seguro, coger el móvil y quedarse ahí fuera mirándolo. ¿Qué puede salir mal?

Igualmente, hay que tener en cuenta, que tal como empieza la película, al poco se nos enseña que en la población es zona de caimanes, por lo que, también es de prever que quedarse en el lugar es un suicidio... Además de que no cuidar el buen mantenimiento de las instalaciones, tiene sus consecuencias...

Dicho esto, los amantes de los animales, sufrirán más de un infarto por la participación de Sugar (un perro hembra) que por momentos parece estar tan expuesta al peligro que en cualquier momento se la zamparán de un bocado.

El detalle, podría ser el considerar que Kaya Scodolario se está encasillando en el papel de mujer rebelde, sea como hija, mujer independiente o cualquiera, basta recordar su interpretación en Piratas del Caribe: La Venganza de Salazar (Pirates of the Caribbean: Dead Men Tell No Tales) o sus orígenes en la serie Skins (a pesar de lo que pueda parecer, muy recomendable).

Conclusión: A pesar de encontrarnos en la típica película de desastres naturales, el añadido de los caimanes hace que se explore otros campos y peligros, más allá del simple clima. El tiempo ha dejado de ser el único enemigo. Cierto es que Sharknado rompió con la tendencia, pero esta vez nos encontramos con un proyecto serio y no una película de serie B.

Tiene muchos momentos de tensión, incluso algunos totalmente inesperados, al igual que otros esperados. En cualquier caso, nos encontramos nuevamente en que no hay una banda sonora propiamente que nos adelante lo que va a pasar, simplemente el ruido constante de la lluvia, el agua, el viento y los caimanes nos acompaña. Por lo que, más allá de la costumbre de los giros dramáticos típicos del género, nada nos indica qué puede pasar en cada momento. Aunque, parece que va siendo tendencia, el no cumplirlos haciendo que el espectador se ponga nervioso o estrese para darle el susto en el momento que se haya relajado pensando que ha pasado el peligro.

Igualmente, parece que si por algún momento, alguien tiene problemas paterno-filiales, nada como un encierro en casa, con caimanes, tornado fuera... ¡y listo! Olvidarse del psicólogo o terapias milagro, parece que los momentos de tensión, peligros extremos de muerte y similares, logran en un día lo que ha tardado años en producirse y arreglarse por los métodos habituales.

Fuera coñas... la película de una duración de 1h30min (1h 27min, siendo exactos) no se hace larga, al menos, siempre que no te encuentres con gente que se cree en el salón de su casa.

Puntuación: 8/10 (Por fin desastre natural y depredadores juntos en una película seria)

PD: Esa puerta de ducha debe estar hecha de adamantium, sino no lo entiendo...
PPD: Aunque no sea apta para menores de 12, diría que las escenas son bastante duras (que no explícitas) para subirle el rango un punto más.