A Ghost Story (Una Historia de Fantasmas)

Esta semana, ya que seguimos en el confinamiento en casa y, por tanto, seguimos sin cine; me he decidido por una selección personal. El motivo de haber elegido A Ghost Story es que, desde mi punto de vista, es una película que no se ha terminado de entender el concepto, ya que es algo totalmente distinto a lo que se suele esperar.

Así pues, nos encontramos ante la historia de una pareja que acaba de mudarse y, por desgracia, el marido ha tenido un accidente de coche en el que muere.

Hasta ahí todo normal, lo que viene después es lo que puede parecer más tedioso y difícil de seguir.

Es el momento en que el marido pasa a ser un fantasma como el de la portada.

Obviamente, lo primero que uno puede pensar es que estará ante una película romántica al puro estilo de Ghost o, en su defecto, algo al más puro estilo de Poltergeist, es decir, terror.

Pero la realidad es que no se trata ni de lo uno ni de lo otro, más bien una película con una gran carga sentimental e introspección.

Ya para empezar, se puede ver como el inicio de la no-vida va lentamente, pero a medida que avanza la película, podemos irnos percatando de que se van produciendo saltos temporales cada vez más grandes, igual que los tiempos de reacción cada vez se van dilatando cada vez más. Una sensación que nos aporta el paso del tiempo, como si de un ser humano se tratara, al inicio de su vida, los días pasan lentos, pero a medida que vamos creciendo y nos paramos a pensar, vemos que un año puede pasar en un abrir y cerrar de ojos.

Ahora, tened esa misma visión, pensando que se tiene la eternidad por delante. Llega un momento que la noción del tiempo se pierde.

Otro detalle que se puede observar y que se puede apreciar cuando el protagonista "habla" con otro fantasma, es como la memoria empieza a hacer malas jugadas, algo como una especie de Alzheimer, en la que de repente olvidas cosas pero los sentimientos perduran sin entenderlos ni saber por qué.

Igualmente, algo que se nos avanza es que su no-vida tiene un sentido, un objetivo... tal como los filósofos buscan conocer "¿cuál es el sentido de la vida?", en este caso, sería "¿cuál es el sentido de la no-vida?". Por fortuna, esta pregunta tiene más fácil respuesta, pudiendo conocer el resultado cuando es "ninguno" o se conoce. En este caso, se podría hacer un paralelismo con el juego de rol Wraith: The Oblivion.

La cuestión reside en que, es difícil entrar a explicar cosas sin llegar a spoilear, pues hay momentos que para poder explicar, hace falta dar a conocer la escena que tiene un especial significado.

Obviamente, es una película que hay que verla con los ojos del fantasma y no como un simple espectador. Pensar cómo se puede sentir uno al ver a su ser amado sufrir por su perdida sin poder hacer nada, ver cómo rehace su vida, se ve con otra gente... mientras uno se mantiene ahí, impasible sin poder hacer nada más que observar. Hasta que llega el día que no vuelve sin saber por qué y nuevos habitantes aparecen en la casa... sin saber qué día es ni cuanto tiempo ha pasado ni si algo ha cambiado. Simplemente, el espectador es consciente de que la vida sigue a pesar de, mientras el protagonista sigue ahí anclado intentando saber qué ha pasado y por qué.

Como curiosidades la escena de la tarta fue realizada en una sola toma, llegando a durar 4 minutos entre el momento que empieza a comerla, acabársela y correr al baño, además, después de varias pruebas de tartas, se escogió una que era de chocolate vegano puesto que la actriz, que era quisquillosa ya que nunca antes había comido una tarta, dijo que quería que fuera sin gluten y chocolate vegano. A pesar de ello, dijo que olía y sabía fatal, aunque el director la encontró deliciosa. Además, el director quiso usar la música de Ke$ha  de fondo para la escena de la fiesta, pero la artista no solo aceptó sino que quiso participar como extra. El monólogo del pronosticador dura más que el doble de la suma total de diálogos del resto de actores. El director es quien se encuentra bajo la sábana del otro fantasma. Igualmente, si alguien se pregunta qué hay escrito en la nota, diré que solo Rooney Mara lo sabe, pues se le pidió que fuera algo profundo y personal y que no lo compartiera con nadie... pero lo olvidó.

Conclusión: Es una película que no es apta para todos los públicos, aunque no por la temática o dureza, sino por no ser apta para ser entendida como lo que es por cualquiera.

El haber sido filmada con un encuadre típico de diapositivas le da un aire nostálgico, lo cual, en cierto modo, ayuda a darle ese aire sentimental que tiene, por lo que la fotografía toma un papel esencial para dar más fuerza a las distintas escenas.

Reconozco que en un inicio puede que sea lenta, pero simplemente con ponerse en la piel del protagonista hace que todo pase mucho más rápidamente, pudiendo llegar a imaginar lo que se debe sentir o cómo se debe sentir uno ante una situación similar. Claro que hay situaciones que para entenderlas, hace falta haberlas vivido o conocido, puesto de lo contrario, se hace difícil entender la dureza de los sentimientos que pueden aflorar en distintos momentos.

La duración de 1h 30 (1h32min) se puede hacer hasta corta, aunque realmente, no es necesario darle una duración mayor o menor, puesto que hasta los silencios son necesarios para darle más fuerza a la escena. Obviamente, es una película un tanto cebollera, pero todo lo que sucede parece pasar de una manera tan aséptica que cuesta creer que pueda ser tan duro lo que muestra.

Teniendo en cuenta el bajo presupuesto (100.000$) es sorprendente que lograsen tan buen trabajo, aunque está claro que la realización tampoco es que fuera muy costosa, después de todo gastan más bien poco o nada en efectos especiales o trucos visuales.

Puntuación: 9/10 (Una película que logra un encuentro de sentimientos en distintos momentos si llega más allá de ser un simple espectador)